La reciente muerte de un niño de 10 años debido a una infección por estreptococo del grupo A, y el incremento en el reporte de casos severos asociados a la bacteria, dispararon el alerta en Uruguay. El Ministerio de Salud de ese país acaba de emitir una serie de recomendaciones para la población general y el personal involucrado en el cuidado de la salud. Esto guarda sintonía con lo que sucede en países europeos, tales como Inglaterra o Francia, entre otros.

En el viejo continente existe, desde septiembre, un aumento en el número de infecciones invasivas por estreptococo del grupo A. En la población pediátrica del Reino Unido, comprendida entre 1 y 4 años, las tasas han pasado de 0,5 casos por cada 100.000 niños para el periodo 2017-2019 a 2,3 casos por 100.000. Lamentablemente, en solo siete días se registraron allí 5 muertes en menores de 10 años asociadas a infecciones severas por estreptococo del grupo A. Ese valor supera con creces a las cuatro registradas durante el periodo 2017-2018. Las principales complicaciones graves detectadas allí fueron: neumonías, sepsis, shock séptico fulminante y fascitis necrotizante.

Alerta por estreptococo del grupo A en Uruguay

Las autoridades del ministerio uruguayo han exhortado a la población general a estar atenta a síntomas y a consultar oportunamente a los prestadores de salud. También, piden por la adopción de medidas preventivas de la infección. Entre ellas destacan el lavado frecuente de manos, el uso individual de elementos como cubiertos o toallas, la limpieza y desinfección de superficies, o la ventilación adecuada de ambientes.

Desde la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) recuerdan que el estreptococo del grupo A es frecuente etiología de infecciones. Habitualmente, desencadena cuadros leves, que incluyen faringitis, impétigo, escarlatina, o celulitis. Pero además -aunque con mucha menor frecuencia- es capaz de causar infecciones invasivas severas. En ese sentido se describen en la literatura médica la bacteriemia, celulitis grave, osteomielitis, artritis, neumonía, meningitis, fascitis necrotizante y síndrome de shock tóxico, entre otras. “La gran mayoría de las infecciones son leves y tratables, la forma grave resulta excepcional”, manifiestan en un comunicado.

Algunas recomendaciones para los profesionales de la salud

En España, las infecciones por estreptococo del grupo A registradas aún se encuentran bajo análisis epidemiológico. Pero existe conocimiento del fallecimiento de algunos niños por esta condición y la percepción de que se está ante un número inusualmente elevado de infecciones graves en la población. Es por eso que la Sociedad Española de Infectología Pediátrica ya ha emitido una serie de recomendaciones enfocadas a los profesionales de la salud.

Piden al personal sanitario elevar el nivel de alerta y sospecha ante la posibilidad de casos graves desencadenados por la bacteria. En aquellos pacientes en los que se tienen indicios de enfermedad grave, sugieren administrar antibioticoterapia empírica con un betalactámico asociado a clindamicina. Además, consideran necesario valorar el empleo de inmunoglobulina intravenosa ante cuadros de shock séptico y fascitis necrotizante.

Otras medidas incluyen el aislamiento de aquellos casos confirmados de infección por estreptococo del grupo A. Es para evitar la diseminación de la enfermedad y el incremento en el número de complicaciones. En ese sentido, sugieren al menos un tiempo prudencial de 24 horas luego del inicio del tratamiento antibiótico. Por otro lado, desde la entidad fomentan la vacunación contra la gripe en todas las edades. Pero de manera especial en todos los niños sin contraindicaciones y con edades comprendidas entre los 6 meses y 5 años.

¿Qué puede estar pasando con el estreptococo del grupo A?

“Nunca habíamos visto un pico como este” comentó Shiranee Sriskandan, experta del Imperial College de Londres, a la revista Nature. Lo que sucede en las estadísticas está lejos de ser explicado. Pero algunas teorías relacionan al fenómeno con el aislamiento de la población sufrido durante la pandemia por COVID-19. Le achacan la falta de exposición y, por ende, una menor inmunidad de los más pequeños y pequeñas para enfrentar a la bacteria. “Pero es demasiado pronto para decir con certeza que es lo que está detrás del aumento”, aclara a la misma revista, Claire Turner, microbióloga de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en cambio, cree que el incremento de las infecciones severas podría deberse a la coinfección con virus respiratorios. “Algunos, como el de la influenza, o el virus sincicial respiratorio, podrían desencadenar un mayor riesgo de complicaciones bacterianas”, arriesgan. Por otro lado, comentan que en estudios muy preliminares no existen evidencias que se esté ante una nueva cepa o un incremento en la resistencia de la bacteria a antibióticos empleados en la práctica clínica.

La OMS tiene puesta la lupa en lo que sucede en Europa y suscribe todas las recomendaciones citadas. Ningún otro país de América Latina ha emitido hasta el momento un alerta similar a la de Uruguay. La Dra. Mónica Pujadas, presidenta de la SUP, comentó en el periódico La Diaria que “existe dificultad para tener números exactos, debido a que las enfermedades causadas por estreptococo no se vigilan epidemiológicamente”. La profesional espera tener más información que aclare el panorama en el transcurso de dos semanas.