Se conmemora un nuevo Día mundial del Cáncer de Ovario. Preocupa la baja detección de la neoplasia en estadios tempranos. La estadísticas indican un incremento en el número de casos para las próximas décadas en América Latina.
Como sucede desde hace 11 años se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario. La iniciativa, organizada por la Coalición Mundial contra el Cáncer de Ovario, intenta crear un poco más de conciencia acerca de una neoplasia caracterizada por su elevada letalidad. A nivel global, representa la octava causa de muerte por cáncer y, cada año, se lleva la vida de aproximadamente 200.000 mujeres en todo el mundo. En ellas es mucho más letal que el cáncer de mama, o el de cuello uterino.
La efeméride lleva como lema este año “Ninguna mujer se queda atrás”. Con ella se busca reflejar el desigual impacto que tienen el cáncer de ovario en las estadísticas. En la actualidad, el 70% de las mujeres diagnosticadas con esta enfermedad viven en países de ingresos medios y bajos. Allí, cargan con una elevada morbimortalidad debido a la detección tardía de la patología. Esto se debe, en gran, medida a lo silente que resulta el cáncer de ovario, la falta de conocimiento por parte de los profesionales de la salud y las dificultades que existen para realizar estudios diagnósticos.
Algunas investigaciones indican que, lamentablemente, menos del 50% de las mujeres diagnosticadas sobreviven cinco años. Un 75% de los diagnósticos ocurren en estadios avanzados de la enfermedad y un 60% de las pacientes ya padecen incluso enfermedad metastásica en esa instancia.
En un capítulo del libro “Salud de la mujer. Enfoque interdisciplinario de su proceso de atención“, el Dr. David Isla Ortiz (Instituto de Cancerología-México) comenta que el cáncer de ovario puede ser difícil de diagnosticar en etapas tempranas. Esto se debe a su poca, o inespecífica, sintomatología clínica. Las pacientes presentan inicialmente dolor abdominal y/o pélvico. Pero a medida que avanza la neoplasia pueden aparecer: distensión abdominal, una tumoración abdominal palpable en hipogastrio, aumento del perímetro abdominal y ascitis. Otras manifestaciones clínicas inespecíficas incluyen la saciedad temprana, urgencia urinaria, constipación, náusea, vómitos y la pérdida de peso.
En el texto se menciona que el estudio que tiene mayor rédito diagnóstico en cáncer de ovario es el ultrasonido transvaginal. Permite separar tumores benignos de malignos y lo hace con una elevada sensibilidad y especificidad. Además, en toda paciente que se sospecha cáncer de ovario es pertinente solicitar tomografías computarizadas de pelvis, abdomen y tórax. Constituye el método de elección para estadificar el cáncer de ovario y permite valorar si las mujeres son candidatas a cirugía citorreductora.
El empleo de la resonancia magnética nuclear puede ser también de utilidad en estas pacientes. Permite caracterizar masas que no han sido identificadas con otros métodos, o bien detectar con mayor facilidad invasión de la neoplasia a órganos pélvicos vecinos. Por último, la tomografía por emisión de positrones (PET) ha demostrado ser de utilidad en el seguimiento del cáncer de ovario.
Otra de las estrategias ensayadas para el abordaje del cáncer de ovario es el empleo de marcadores tumorales.
El CA-125 se eleva en aproximadamente el 80% de los cánceres de ovario, pero solo en el 50% de los cánceres que se encuentran en estadios tempranos. Además, tiene la dificultad de incrementarse en condiciones benignas como la endometriosis y los fibromas. En el cáncer de ovario se ha empleado principalmente para evaluar la progresión de la enfermedad y controlar la recurrencia.
La falta de detección temprana, así como algunos estudios que pronostican un mayor número de pacientes en las próximas décadas, ha llevado a ensayar estrategias de tamizaje para el cáncer de ovario. Algunas incluyen el marcador CA-125, el ultrasonido de pelvis y la exploración física. Pero según la revisión, ninguna cuenta, hasta el momento, con la sensibilidad y especificidad necesaria para ser realizadas a gran escala. “Actualmente no se recomienda realizar estudios de tamizaje en la población general”, concluyen en el artículo los autores.
Cáncer de Ovario/Salud de la mujer. Enfoque interdisciplinario de su proceso de atención/ Editorial Universidad Nacional de La Plata (2022)
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