Los autores esperan que estos resultados agreguen presión a los consumidores y a las empresas que comercializan alimentos procesados para reducir el consumo de sodio o los sustituyan con productos con potasio.
El riesgo de sufrir un infarto, un ACV o de necesitar revascularización coronaria aumenta un 18% por cada 1.000 mg de sodio ingeridos por día. El dato de acuerdo con un seguimiento a 8,8 años de 10.709 voluntarios.
A la vez, por cada 1.000 mg más de potasio que consumían, el riesgo disminuía un 18% en el mismo período.
Los autores esperan que estos resultados, que presentaron en las Sesiones Científicas de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, en inglés) y publican en The New England Journal of Medicine, agreguen presión a los consumidores y a las empresas que comercializan alimentos procesados para reducir el consumo de sodio o los sustituyan con productos con potasio. Los autores analizaron datos de seis estudios de cohortes en los que se habían determinado los niveles de sodio y potasio en muestras de orina de 24 horas. Este es el mejor método disponible.
La autora principal, doctora Yuan Ma, de la Escuela T. H. Chan de Salud Pública de Harvard, dijo que el estudio es una prueba más de que tenemos que ser conscientes del efecto nocivo del alto consumo de sodio y el bajo consumo de potasio para intentar cambiar nuestros comportamientos. También, sostuvo que deberíamos adaptarnos a una alimentación reducida en sodio y elegir productos con bajo contenido de sodio.,
La investigadora espera que los resultados se sumen a esa presión social.
La FDA de Estados Unidos difundió el mes pasado guías para que los fabricantes de alimentos, las cadenas de restaurantes y los operadores de servicios de alimentos reduzcan un 12% el contenido de sal de sus productos. La idea es que los consumidores ingieran unos 3.000 mg/día en los próximos dos años y medio.
Eso aún sigue siendo alto y la AHA opina que el objetivo no es lo suficientemente bajo. En especial cuando dos de cada cinco estadounidenses tiene hipertensión, una de las principales causas de infarto y ACV.
La mayor parte del sodio de la dieta estadounidense proviene de alimentos procesados, envasados y preparados.
Ma, que es investigadora del Departamento de Epidemiología, opinó que la publicación de las nuevas guías es “alentadora”.
Los resultados del estudio coinciden con investigaciones previas sobre el beneficio de reducir el consumo de sodio y elevar el de potasio.
The New England Journal of Medicine, online 13 de noviembre del 2021.
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