La publicación se centró especialmente en el sector de la salud, para informar sobre los determinantes ambientales de esta en la Región de las Américas. Además, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dijo que colaborará con sus estados miembros para alcanzar el propósito y el objetivo de la misma. El cual, es promover el bienestar de todos a todas las edades, utilizando un enfoque sostenible y equitativo en el que se otorgue prioridad a la reducción de las inequidades en la salud.

Por otro lado, la agenda se ha elaborado bajo la égida de la Estrategia Mundial de la OMS sobre salud, medio ambiente y cambio climático. Se basa en los compromisos establecidos en la Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030 y el Plan Estratégico de la OPS 2020-2025.

Análisis de la situación

En las últimas décadas, las mejoras en los servicios de salud, la protección del medioambiente, el desarrollo económico y otros factores han dado lugar a mejoras en la calidad de vida de las personas en toda la Región de las Américas. Sin embargo, se estima que cada año se producen un millón de muertes prematuras atribuibles a riesgos ambientales conocidos y evitables.

La contaminación atmosférica, la del agua, el saneamiento inadecuado (incluida la gestión de residuos sólidos), los riesgos relacionados con algunos productos químicos peligrosos y las repercusiones negativas del cambio climático son las amenazas ambientales más apremiantes para la salud pública en la región.

Estas amenazas para la salud pública se ven agravadas por las prácticas de gobernanza débiles y las posibles inequidades en la salud. Además de las limitaciones en cuanto al liderazgo, la experiencia y los recursos en el sector de la salud.

Hacer frente a esta situación

Con el propósito de hacer frente a estos desafíos, en el 2018 la OPS creó la unidad de Cambio Climático y Determinantes Ambientales de la Salud, y formó un grupo técnico asesor para guiar la cooperación técnica y ayudar a los países a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (ODS 3), a fin de garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos, a todas las edades.

Los retos medioambientales mundiales actuales, como las repercusiones relativas al cambio climático (olas de calor, inundaciones, incendios forestales), la degradación ambiental o del paisaje (erosión costera, deshielo del permafrost, pérdida de biodiversidad). El aumento de la propagación y variedad de las enfermedades infecciosas impulsadas por el clima, la ansiedad ecológica, el duelo ecológico, etcétera. Junto con otras preocupaciones medioambientales apremiantes; como la contaminación del aire, del agua, el saneamiento inadecuado y los riesgos relacionados con ciertos productos químicos peligrosos. La suma de estos factores exige acciones colectivas urgentes para reducir sus efectos nocivos en la salud y en el bienestar de las personas a lo largo del curso de vida.

Emergencias sanitarias

Las emergencias de salud, como la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), pueden agravar la situación al superar la capacidad de los sistemas de salud y causar graves efectos negativos en la salud humana y la economía.

“Los servicios de agua, saneamiento e higiene son fundamentales para respetar la dignidad y los derechos humanos de toda persona que requiera atención médica, así como del propio personal de salud”, sostuvo António Guterres Secretario General de las Naciones Unidas.

Diferencias socioeconómicas y su relación con la salud

Según la OMS, alrededor del 13% de las muertes prematuras en los países de ingresos altos y el 19% en los países de ingresos bajos y medianos de la región son atribuibles a riesgos ambientales evitables conocidos, que suponen alrededor de 1.016.000 muertes cada año (37, 38). Hay diferencias significativas entre los países, con valores que oscilan entre 8% y 23% de las muertes prematuras.

La contaminación del aire es uno de los riesgos ambientales más importantes para la salud. La contaminación del aire ambiental y de los hogares está relacionada con casi 320.000 muertes prevenibles al año en la región. Estas se deben a accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y enfermedades y cáncer de pulmón.

Aproximadamente 106 millones de personas de la región aún no cuentan con un saneamiento adecuado. De ellas, 19 millones continúan con la defecación al aire libre y 34 millones no tienen acceso a un suministro de agua potable gestionado de forma segura, lo cual da lugar a alrededor de 30.000 muertes prevenibles cada año.

Riesgos para la infancia

Los riesgos relacionados con sustancias como algunos plaguicidas, el plomo y el mercurio, pueden afectar de manera desproporcionadamente alta a la población infantil, en especial durante la vida intrauterina y la primera infancia.

La variación media anual de la temperatura en América Latina y el Caribe aumentó de menos de 0,2 °C a más de 1,0 °C. Esto, del año 1961 al 2017, según datos publicados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Líneas de acción y estrategias

Para alcanzar su propósito y objetivo, teniendo en cuenta los contextos y prioridades nacionales y locales, esta agenda se basó en tres líneas de acción estratégicas que se refuerzan mutuamente:

1. Mejorar el desempeño de los programas y las instituciones de salud pública ambiental.
2. Fomentar que el sistema de salud sea sostenible y resiliente desde el punto de vista medioambiental.
3. Promover que las ciudades y comunidades sean saludables y resilientes desde el punto de vista medioambiental.

Cada línea de acción desarrolla una serie de objetivos que se pueden consultar aquí.

“Hemos hecho que el cambio climático ocupe un lugar central en el sector de la salud. De la misma manera, debemos trabajar para asegurarnos de que la salud también ocupe un lugar central en el debate sobre el cambio climático”. Palabras de Carissa Etienne, directora de la OP.

Por último, cabe resaltar la intención de la OPS de utilizar la capacidad y el conocimiento de sus asociados. La convocatoria, coordinación y orientación de procesos que tengan un impacto directo en los países de la región son los medios para lograrlo.

Los centros colaboradores de la OMS y otras instituciones y expertos nacionales de referencia de la OPS prestarán apoyo técnico a los Estados miembros para impulsar la agenda y llevarán a cabo actividades en apoyo de su aplicación. Además, se promoverá la colaboración técnica entre los países. El fortalecimiento de las alianzas de larga duración entre la OPS y los principales asociados de Naciones Unidas, sumadas a las nuevas alianzas con otras instituciones multilaterales y bilaterales regionales y mundiales, proporcionarán un apoyo e impulso adicionales para la aplicación de la agenda.